En enero de este año un grupo organizado de la población local en Oregon exigió que el gobierno federal renunciara a unas 300 millas cuadradas en favor del control local para que pudiera ser abierto a la ganadería, la minería, la explotación forestal y otros usos económicos.
Los observadores de aves de muchas especies migratorias usan el mismo terreno como un lugar clave de descanso y refugio. Los pescadores, cazadores y observadores de vida silvestre también se sienten atraídos por el alto terreno desértico. Esto generó una polémica en cuanto al uso del terreno : si debía mantenerse como reserva natural o si la comunidad tenía derecho a explotar sus recursos económicos.
En su esencia, la diferencia se reduce a valores personales: chocan los puntos de vista recreacionistas y ambientalistas sobre los espacios abiertos con los usos tradicionales que las comunidades rurales han practicado durante generaciones.
Gestión por y para la comunidad
Muchos de los que dependen de la tierra para su sustento argumentan que la vida silvestre tiene más peso que las personas. A veces dicen enmarcar sus perspectivas en términos patrióticos o religiosos. Muchos paradigmas de gestión pública para las tierras promueven la imposición de límites con lo cual terminan cerrando medios productivos de la las comunidades como fábricas de madera, hatos de pastoreo de ganado, minería a cielo abierto por sus innegables impactos ambientales pero esto también conlleva la destrucción de una forma de vida en muchas zonas rurales.
Muchos especialistas que trabajan en apoyo a la comunidad dicen que este tipo de disputas podrían resolverse entregando las tierras públicas para su administración y conservación por parte de las poblaciones locales que, aseguran sería mejor y más eficiente que la de burócratas lejanos a las tierras en cuestión.
Ante esto muchos grupos ambientalistas dicen que la minería, la explotación forestal y la ganadería han hecho de las suyas durante décadas y han dejado un legado de contaminación en el suelo público que ha costado muchos recursos para contrarrestar, algunos con consecuencias irreversibles. Dicen que las industrias, incluyendo las locales, han acabado con bosques primarios y paisajes sobre explotados vulnerables a las especies invasoras.
Los conservacionistas acusan a las autoridades gubernamentales de muchas veces permitir que las prácticas dejen cicatrices difíciles de curar al no hacer cumplir las leyes. Otras veces se observa cómo los gobiernos conceden derechos de explotación de forma legal sobre estas tierras estas tierras a pesar de la preocupación de grupos conservacionistas y de la misma comunidad.
¿Qué pasa con las tierras urbanas?
Un nuevo enfoque, para la gestión de tierras urbanas, propone los terrenos mismos como “especie” de pago para la construcción de infraestructura pública. Este enfoque es viable si la municipalidad posee una parcela de tierra que tiene un valor de mercado mayor que el costo estimado de la construcción de la infraestructura necesaria. Una de las razones por las que las ciudades pueden considerar este enfoque es que podría ser más rentable y manejable para una sola entidad coordinar a la promotora-constructora privada. La alternativa menos atractiva sería que el sector público conduzca el proceso de desarrollo horizontal con un equipo de construcción. Luego, una vez que la infraestructura se ha completado, un promotor privado traería su propio equipo de construcción al sitio para comenzar el desarrollo vertical.
Los proyectos de construcción impulsados por el sector público requieren que los procesos de licitación de contrato cumplan con la normativa de contratación pública. En relación con la contratación del sector privado, las adquisiciones y los plazos de aplicación son más largos y éstos implican mayores costos. Un beneficio adicional de este enfoque es que puede ayudar a reducir el riesgo general para el financiamiento del proyecto de regeneración urbana porque las contribuciones de los fondos públicos, de la tierra hacia las empresas conjuntas de infraestructura generan una manera de beneficio por adelantado. Por lo tanto, se reduce la incertidumbre del financiamiento, lo que puede hacer que sea más fácil para un desarrollador asegurar los recursos para la construcción. Por último, este enfoque es una fuente de menor coste de financiación en relación con los préstamos de los mercados de capitales.
Al elaborar este tipo de planteamientos y propuestas se debe tomar en cuenta de que forma se producirá la transformación del espacio público en cuestión. Es importante identificar las características geográficas, demográficas y sociales del espacio público. Considerar su ubicación (es decir, urbano, suburbano, rural, etc.), diseño y conectividad; importancia económica, social, y la diversidad étnica existente; además de la funcionalidad que se desea agregar o ceder. También es importante saber si un plan o una planificación específica o los esfuerzos sostenidos contribuyen al carácter del espacio público integral o si un espacio formado de manera más orgánica y no a través de un proceso de planificación formal es preferible.